El extremo jugó su mejor encuentro del poker de clásicos y dejó de nuevo su huella en un partido grande
Hace unos meses, en la víspera del Arsenal-Barcelona, la prensa inglesa todavía se preguntaba quién era Pedro. No entendían como un semidesconocido se había colado en el Barcelona más famoso de la historia. Menos aún su vertiginosa progresión. Pero `Brilliant Mr Nobody¿ (`El brillante Mr. Don Nadie¿, como le bautizaron) regresará a Londres el 28 de mayo con todos los honores. Estará en Wembley para dejar su huella y hacer más grande su idilio con la afición azulgrana.
Anoche apareció de nuevo cuando como le gusta. En el momento de los valientes. Cuando más le necesitaba el equipo. En los clásicos anteriores se le esperaba, pero solo ofreció destellos de su mejor versión. Pedro tuvo que lidiar con Marcelo y una pubalgia que le recordó que, incluso él, tiene derecho a descansar.
Pedro nunca desesperó porque sabía que llegaría su momento y regaló un cuarto clásico para enmarcar. De nuevo frente al Madrid, pero esta vez ante los suyos, el hincha culé que no se cansa de animarlo porque no hay futbolista más esforzado. Anoche estuvo intenso, dinámico, quebrante; esta vez sí destempló a Marcelo. Pedrito corrió una y otra vez porque siempre tuvo claro que las cosas cuestan un esfuerzo y como reconoce a menudo “si lo hacen Messi, Xavi, Iniesta..., ¡cómo no voy a correr yo!
Ayer fue una amenaza constante para el Madrid y volvió a gritar el gol. De nuevo Casillas sufrió el pragmatismo del tinerfeño, poco dado a las concesiones en el área. Lo sabe bien el meta del Madrid; Pedro disimula, porque parece que no está, mira portería, desenfunda la pierna y dispara a sangre fría. Anoche recibió un regalo de Iniesta y batió a Iker con una precisión demoledora. Así es Pedro, un tipo especial capaz de marcar el curso pasado en todas las competiciones. Un tipo con duende para los mejores escenarios. Marcó en la final del Mundialito, Decidió la Supercopa de Europa. Sentenció la Liga con un gol en el Bernabéu. Es el hombre de los goles de Oro. Anoche apareció de nuevo para desmoronar al Madrid. Como si se tratara del `Deus ex machina culé¿, siempre acude para que el Barcelona logre sus objetivos más preciados. El de ayer fue su cuarto tanto en la Champions esta temporada. En Wembley tendrá de nuevo otra cita con la historia
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