Leo ya sabe qué es derrotarle pero quiere romper su maleficio de nueve partidos sin marcar ante sus equipos
Su récord de 47 goles le motiva para romper la racha
Su récord de 47 goles le motiva para romper la racha
Leo Messi ha vuelto... si es que algún día se marchó. El argentino recuperó el sábado la sonrisa de goleador con dos dianas ante el Almería en el momento más oportuno. Una semana antes del primero de los casi seguros cuatro clásicos que se avecinan hasta el 3 de mayo, el Pichichi cazó el fantasma de la ansiedad que podría haberle perseguido contra el Real Madrid en caso de no haber cortado su sequía de cuatro partidos. Ahora, nuevamente en lo alto del ránking de la Bota de Oro con 29 goles (uno más que Cristiano Ronaldo) y habiendo igualado su récord personal y del Barça en una misma temporada (47), Messi tiene entre ceja y ceja romper el maleficio contraJose Mourinho.
Sin olvidar ni mucho menos la cita europea de mañana en Donetsk, donde Leo desea certificar el pasaporte a 'semis' de la Champions y, a poder ser, ampliar su cuenta realizadora (8) en el torneo y despegarse de Eto'o y Mario Gómez, el regreso al Bernabéu le motiva especialmente. Al margen de sentenciar el alirón encadenando el tercer triunfo consecutivo en el feudo madridista, su intención es quitarse la espina clavada después de nueve enfrentamientos ante equipos entrenados por Mourinho. Aunque ha estado muy cerca de hacerlo y ha contribuido decisivamente a conseguir triunfos fundamentales para el Barça y muy dolorosos para el portugués, Leo aún no ha podido celebrar un gol con 'Mou' en el banquillo rival.
La fulgurante carrera de Messi siempre tendrá al técnico de Setúbal como protagonista indirecto. Su estreno en el primer equipo azulgrana gracias a Frank Rijkaard tuvo lugar el 16 de noviembre de 2003 en un amistoso en Oporto. En sólo 15 minutos, aquella 'pulga' de 16 años revolucionó el ataque. 28 meses después, el partidazo de Leo provocó que Mourinho se ganara la enemistad del barcelonismo, que sólo hace que aumentar. La expulsión de Asier del Horno fue clara pero el 'Mou' de las malas artes acusó entonces de 'teatrero' a Messi, que volvió a cruzarse con el portugués siete veces más. En la penúltima, Leo lloró tras ser atado en corto por casi todo el Inter en la remontada frustrada de la última semifinal continental. Eso sí, el pasado 29 de noviembre, el '10' no perdonó liderando el humillante 5-0 sin necesidad de ver puerta. Mourinho se obsesionó con Leo pero éste se olvidó de su gafe ante el portugués sirviendo dos certeras y magníficas asistencias a David Villa.
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